domingo, 1 de noviembre de 2009

Cartas familiares





Día gris, clarito, clarín…Noo?

Da ganas de agarrar un pincel y pintarlo de amarillo pollito, pajaritos de colores, arco iris de sabores: frutilla y limón, un poquito de vainilla…

Me voy de viaje apoyado en el vidrio de la ventana…
 
Ahora me acuerdo de la Antonia cuando el viejo le decía: ¡¡Ven tana ya sta la  comida!!)
y el aroma penetrante de un guiso de arroz que hacía fuerza para entrar todo en las narinas y llenarme el cuerpo calentito de hogar…

   
¿Que la tarde se pinta de pajaritos? Escucha como se llenan los huecos de silbidos y gorjeitos… y hasta las hojas y las ramas parecen que duermen cansadas la siesta mientras las gotas les cantan un DO por aquí, un RE por allá…



Qué cosa el caminito todo lleno de pocitos que la lluvia empecinada quiere rellenar. No se da cuenta que ellos la esquivan como gráciles toreros, verónicas de pétalos amarillos del guarán y de rosas blancas que ahora descansan y esperan sin prisas, ni angustias, ni quekas, ni teresas, ni abuelas milanesas, ni olor a campo, ni estaciones viejas, ni vagones herrumbrados de tiempos idos. O venidos…

Ya sé, te contagie la melancolía… pero no es nada.

Con la primera luz de la mañana se aleja.

Pendeja.

Mocosa malcriada, te pensás que no te quiero porque no te llamo, no te escribo, no te veo, no te regalo, banderas ni mamaderas….

Tonta.

Te regalo el resto de la tarde para que hagas lo que quieras.

A vos y a tu mamá.

Carly





 
 

 
 
 
 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario