martes, 27 de abril de 2010

Momias egipcias

Revelan que una momia egipcia murió de cáncer







El cuerpo perteneció a un hombre y forma parte de la colección del Museo de La Plata. Se le realizó una tomografía, al igual que a otras dos momias



La tecnología médica asociada a la Antropología puede arrojar resultados sorprendentes. El hallazgo revelado ayer por el Museo de La Plata es un claro testimonio. Especialistas de esa institución y de un hospital bonaerense les realizaron una tomografía en tres dimensiones a momias egipcias y pudieron determinar que una había muerto de cáncer. Es la primera vez que se realiza este tipo de estudios en Sudamérica y los expertos esperan arribar a más conclusiones en los próximos días.


Las momias analizadas, dos de cuerpo entero y un “paquete funerario”, forman parte de la colección egipcia del Museo local y fueron sometidas a un estudio de tomógrafo multicorte (Multi-slice) en el hospital Dr. Federico Abete, del municipio bonaerense de Malvinas Argentinas.


En diálogo con Hoy, la directora del Museo, Silvia Ametrano, señaló que la iniciativa fue del nosocomio provincial y generó gran expectativa en la institución platense. “El hospital se acercó a nosotros para probar la utilidad del equipo. Se trata de uno de los tomógrafos más modernos del país. Tiene alta resolución y permite estudiar paleopatologías, es decir, enfermedades muy antiguas”.


Las tres momias tienen una antigüedad que oscila entre los 2.500 y los 3.000 años. Una de las primeras conclusiones a las que arribó el equipo médico, junto con el grupo de egiptólogos del Museo, fue que “Horwedjaw (hombre) habría fallecido luego de sufrir un melioma múltiple, una forma de cáncer de la médula ósea”, enfermedad frecuente en la actualidad, que incide en mayores de 50 años.


El equipo de especialistas estuvo encabezado en el área médica por el Dr. Fernando Abramzon (jefe del servicio de Diagnóstico por Imágenes del hospital Abete), y por el Dr. Héctor Pucciarelli (director de Antropología del Museo e investigador del Conicet), coordinando al grupo de egiptólogos.


A medida que recibía las primeras imágenes del tomógrafo, Abramzon señaló que el uso de esta tecnología “nos permite identificar detalladamente todas las partes del cuerpo en tres dimensiones y en toda su conformación, y podremos descubrir seguramente aspectos y elementos nunca vistos en estas momias. Por lo pronto, hemos descubierto que Horwedjaw falleció muy probablemente como consecuencia de un melioma múltiple”.


Por su parte, Pucciarelli destacó que “como resultado de estos análisis podremos llegar a conclusiones que no hubiéramos imaginado años atrás, y podremos, a partir de aquí, descubrir otros elementos culturales y sociológicos de la época. Habíamos considerado la hipótesis de que Horwedjaw había recibido agresiones o golpizas severas, pero con esta nueva tecnología pudimos observar con el equipo médico que se trató realmente de una enfermedad que terminó con su vida”.


Una colección traída por Dardo Rocha


La momia del hombre que murió de cáncer, Horwedjaw, forma parte de la colección egipcia del Museo de La Plata junto a Tadimentet, que fue una mujer proveniente de la nobleza; y de un tercer cuerpo momificado que no ha sido identificado aún y al denominan como “paquete funerario”.


Según explicó el investigador Héctor Pucciarelli, el paquete funerario “se trata del cráneo de un adulto que en vida fue un guerrero y que murió en batalla. Tenía la base del cráneo quebrada. Era usual momificar a una persona con una sola parte del cuerpo elaborando un elemento de estas características, principalmente en el período grecorromano”.


Las tres momias fueron trasladadas este domingo desde el Museo local al hospital Abete de Malvinas Argentinas bajo un operativo muy minucioso, delicado y cumpliendo las más estrictas normas de seguridad, habiéndose asegurado las piezas en cerca de 1 millón de dólares. Las mismas estuvieron cerca de una hora en el nosocomio para ser sometidas al tomógrafo multi-pistas (64 filas de detectores) para luego ser regresadas al Museo, donde serán puestas en exhibición esta semana, ya que no es necesario volver a trasladarlas para continuar con las investigaciones.


La colección egipcia descansa desde fines del siglo XlX en el Museo de La Plata. Los dos sarcófagos (con Tadimentet y Horwedjaw), y el “paquete funerario”, habían sido adquiridos por el fundador de La Plata y gobernador de la Provincia entre 1881 y 1884, Dardo Rocha. Este las había trasladado desde el Museo de Boulacq (Egipto) hacia la Argentina en el año 1888.


La directora del Museo, Silvia Ametrano, dijo que están procesando imágenes de la mujer y en los próximos días habrá más resultados.







viernes, 9 de abril de 2010

La resistencia toba

La comunidad toba Daviaxaiquí, en Derqui, Gran Buenos Aires, quiere que sus hijos conozcan su historia: que no pierdan su lengua y sus costumbres después del éxodo obligado que los barrió del Chaco. Para ello acaban de abrir la primera biblioteca qom del conurbano, para registrar las tradiciones orales y así salvar su lengua.





                                           Imagen en una de las paredes de la Biblioteca Qom




En la esquina de una habitación del centro comunitario del Barrio Toba de Derqui, en el Gran Buenos Aires, reposan cerca de mil libros y cuatro computadoras. Es la semilla de la biblioteca Qomllalaqpi, primera de su tipo en toda la provincia. El proyecto, financiado con fondos obtenidos por la Fundación Desde América, busca recopilar las diferentes expresiones de la cultura toba: su música, sus técnicas artesanales, sus leyendas y los relatos del éxodo que emprendieron desde el Chaco.







En ese mismo salón comunal, Ana Medrano y otras mujeres de la comunidad dictan talleres de qom, la lengua toba. "Yo crecí en el Chaco, junto al río y comiendo frutas de los árboles", cuenta Medrano. Y sueña: "Quiero que mis hijos sepan mi historia, que no pierdan su lengua y sus costumbres".






Tienen un problema: hay muy poca documentación de la cultura toba, y en especial de las comunidades toba que salieron del Chaco. Los jóvenes conocen su lengua cada vez menos y peligran las tradiciones, que se transmiten de manera oral. "Si uno de los ancianos de la comunidad muere es como si se incendiara una biblioteca", explica Daniel Canosa, el bibliotecólogo que dirige el proyecto en su tiempo libre. "Si todo lo que sabe ese anciano no se guarda, no se graba, no se archiva, se pierde para siempre", agrega Canosa.






Eso es precisamente lo que propone la biblioteca: registrar la tradición oral toba como manera de salvaguardar su lengua y proteger su transmisión las generaciones más jóvenes. Para ello, también piensan instalar en un cuarto contiguo a la biblioteca la que será la primera radio bilingüe qom-español de Buenos Aires, un proyecto para el que actualmente buscan ayuda.






Roque López, uno de los guardianes de la biblioteca, lo explicita así: "Tener una radio ha sido mi ilusión desde que salimos del Chaco. La necesitamos para contar nuestras costumbres, leyendas y cantos". Y todos los proyectos apuntan a los chicos, a las nuevas generaciones. "Si no hacemos esto, no tendrán más remedio que imaginarse un futuro sin tener registro de su pasado", dice Canosa quien imagina la radio como el punto de encuentro de la comunidad.










Para apuntalar este proyecto y tomar ideas, Canosa visitó las tres bibliotecas indígenas más conocidas de la Argentina: en la comunidad toba de Rosario, en la mapuche de Río Negro y otra en el Chaco, que recoge material en toba, mocoví y wichí. Su idea es realizar entrevistas con aquellos "libros vivientes" de la comunidad que tengan conocimiento de un tema relevante o dominen alguna técnica específica.






Por ejemplo, hay que contar la historia de Mauricio Maidana, que toca el n'viqué, un tradicional violín de lata cuya única cuerda está hecha con cerda de caballo. O la de Valentín Morales, un anciano de 85 años con infinitas anécdotas de su infancia cortando caña en el Chaco.






Ese material está siendo grabado en CDs o casetes, que serán catalogados y entregados a la biblioteca. Así, la radio puede difundir el material grabado y la biblioteca podrá convertirse en el punto de encuentro toba en la provincia. "Me encantaría que en el Chaco pudieran llegar a escucharnos", añade sonriendo López.






Mientras buscan libros, nuevo material de archivo, una antena para la radio y los equipos necesarios, siguen trabajando. "Algún día un niño nacido en Derqui podrá saber cómo hicieron el viaje desde el Chaco sus padres o abuelos, qué tuvieron que hacer para sobrevivir, para que su cultura resistiera," dice Canosa.


















De Fuerte Apache a Derqui










La Comunidad Daviaxaiquí nació en 1994, cuando un grupo de familias toba buscaba un lugar donde instalarse. Habían llegado al Gran Buenos Aires en los años ochenta desde diferentes rincones del Chaco, tras haber perdido sus tierras a manos de colonos por no poseer los títulos de propiedad. Tras varios años en Fuerte Apache se instalaron en un terreno que les cedió el Arzobispado de Morón en Derqui.


Allí, en ese rincón del Partido de Pilar, construyeron ellos mismos las cuatro hileras de ocho casas de ladrillo, además del comedor y el centro comunitario que las flanquean. También sembraron con gran esfuerzo un par de algarrobos que les sirven para acordarse del Chaco. En esas 32 casas viven hoy unas 250 personas, dedicadas principalmente a la artesanía.










MAS INFORMACIÓN


Sobre la Biblioteca Qomllalaqpi: http://qomllalaqpi.blogspot.com.

Quienes quieran hacer donaciones de libros o para la radio pueden escribir a :

                qomllalaqpi@gmail.com


Por: Andrés Bermúdez Liévano







En revista Ñ Clarín jueves 8 de abril de 2010










 


jueves, 8 de abril de 2010

Del Gran Chaco a la Universidad

Miércoles 7 de abril de 2010





Siete indígenas de la etnia Pilagá llegarán hoy a Buenos Aires para realizar sus estudios universitarios de abogacía y psicología.






La Universidad de Morón se encargará del alojamiento y los materiales de estudio para los jóvenes formoseños de Pozo del Tigre y Las Lomitas.


Teniendo en cuenta los constantes conflictos de los Pueblos Originarios con respecto a la tierra, se hace imprescindible que los propios indígenas conozcan sus derechos para poder defender lo que históricamente les pertenece.






Por otro lado, Red Solidaria está recibiendo donaciones de vajilla, cacerolas, sábanas, frazadas y elementos de limpieza para que los jóvenes indígenas puedan afrontar las necesidades que se desprenden de la vida en la ciudad.






Para comunicarte con Red Solidaria:






multiplicarr@gmail.com






www.redsolidaria.org.ar














Publicado por Arte y Esperanza

miércoles, 7 de abril de 2010

La catedral gótica de Las Heras 2214



El edificio de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires sobre la avenida Las Heras, originalmente concebido para sede de la Facultad de Derecho es la única construcción neogótica monumental de carácter no religioso de la Ciudad de Buenos Aires.





                                                                






El proyecto del ingeniero Prins preveía ocupar toda la manzana comprendida por la avenida Las Heras y las calles Cantilo, Melo y Azcuénaga. La volumetría general se estructuraba en un subsuelo, planta baja avanzada formando una terraza alrededor de todo el edificio y tres pisos con patios jardines internos, se coronaba con una torre central de gran altura y torres laterales más bajas y contaba con tres accesos, el principal sobre la Avenida Las Heras y otros dos sobre los frentes laterales.






La construcción del edificio se inició en 1912, habilitándose parcialmente en 1925. Continuaron lentamente las obras hasta 1938, fecha en que se evaluó la conveniencia de terminar la construcción frente s los altos costos y las nuevas necesidades. Se decidió entonces cancelar la continuación los trabajos y al año siguiente se aprobó la construcción de una nueva sede para la Facultad de Derecho, sobre la Av. Figueroa Alcorta. Al dejar dicha Facultad el edificio en 1950 se instaló en el mismo la Facultad de Ingeniería que actualmente la utiliza para el dictado de cursos de posgrado y como sede del Museo de Ciencia y Técnica.


  


La catedral gótica de la Facultad de Ingeniería oculta historias intrigantes




"Enciclopedia de obras inconclusas y proyectos que nunca se concretaron." Podría titularse así un extenso volumen sobre emprendimientos frustrados o que quedaron a medio camino en la Argentina. Por problemas económicos, o éstos, como "efectos colaterales" de peores asuntos.


Entre ellos el más emblematico es el edificio de la Facultad de Ingeniería, también conocido como la Catedral,que ocupa la media manzana comprendida entre la avenida Las Heras y las calles Pacheco de Melo, Azcuénaga y Cantilo, en Recoleta.
Posee una historia tan ajetreada como interesante, desde la colocación de la piedra fundamental, en 1912, al aprobarse el proyecto del ingeniero Arturo Prins.


Prins nació en Montevideo en 1877. Adoptó la nacionalidad argentina y en 1900 se graduó aquí como ingeniero civil. Realizó numerosos viajes a Europa, perfeccionándose en la arquitectura gótica de varias de sus capitales.


Su firma figura en no pocos edificios de significativo carácter, como el Banco Nación de Santa Fe y Azcuénaga, la refacción de la iglesia de San Nicolás de Bari y del Archivo General de la Nación o el tradicional club 20 de Febrero, de Salta, entre muchos más. También es autor de numerosas viviendas privadas, entre ellas, los palacetes de Manuel Quintana y de Norberto Quirno Costa. Fue miembro creador de la Academia Nacional de Bellas Artes y de Amigos de la Ciudad.


Al iniciar la construcción de la sede universitaria, hizo levantar una casona a metros de ella, en Las Heras 2166. Tiene dos plantas. La superior, propiedad de la familia Quaranta, posee 17 habitaciones, que incluye ámbitos destinados a tintorerías, lavaderos y residencia de cocheros.


"Una parte la ocupaban capataces que trabajaban en la facultad. Como vivían en la provincia, Prins concibió esto para que no se fueran", apunta Jorge Quaranta.


Arturo Prins murió el 5 de octubre de 1939. En 1938 se había decidido dejar sin efecto la construcción, y en enero del año siguiente se resolvió incluir en el presupuesto de la Nación una partida de 6 millones de pesos para erigir otra sede, la actual, sobre la avenida Figueroa Alcorta. La suma era prácticamente igual a la asignada en el proyecto de Prins.


El "suicida" responde


El imaginario popular relacionó una cosa con la otra. Se sostuvo que Prins se había suicidado por no haber podido concluir su obra, rumor que empezó a circular aun antes de su muerte. Quaranta cuenta que un antepasado suyo se encontró con él en la calle y le relató el "trascendido". Prins lanzó una carcajada y dijo: "Podría suicidarme por muchas cosas, pero no por dejar inacabado un edificio".


De cualquier forma, el tema generó un juicio por rescisión de contrato que duró más de 10 años. Los descendientes del ingeniero arquitecto, al ganarlo, sólo cobraron una suma irrisoria.


El 17 de noviembre de 1925 se inauguraron las tres plantas sin terminar que albergaron la primera sede de la Facultad de Derecho. Exhibían el original sello impuesto por Prins, ajustado al estilo gótico (algunos especialistas prefieren calificarlo de "neogótico"), que dotó al barrio de Recoleta de una singular tonalidad europea. Sobresale extrañamente entre el cúmulo de altas torres de vivienda absolutamente "normales".


María del Carmen Maza es una museóloga experta en la Catedral, a punto de publicar un libro, "Las Heras 2214, un sueño inconcluso".












Prins llegó a hacer sólo la primera mitad del edificio, dice, porque el terreno abarcaba toda la manzana. Justifica su interés en profundizar el tema ante los datos "disparatados" que obtuvo en sus primeras investigaciones.


"La facultad es un paradigma de una ciudad que quiso parecerse a Europa, con mucha obra descontextualizada y afectada, además, por diversos hechos: las dos guerras mundiales y los fuertes cambios políticos del 30 al 50, con sus correspondientes crisis económicas", reflexiona.


Su falta de terminación y la carencia de medios para mejorarla -comenta- se advierten en la suciedad de las paredes, la impresionante polución generada por "el mayor palomar de la ciudad" y, en general, la carencia de un adecuado "ropaje exterior".


¿Puntos en favor? La exquisitez de sus líneas, sus soberbias puertas (manijas incluidas) y sus antiguos vitraux (muchos conservan el antiguo símbolo de la balanza, que representa a la Justicia, de tiempos en que se estudiaba derecho), y la magnífica escalera central desde la que se accede a las distintas aulas en las que estudia una población de alumnos que actualmente ronda los 3000 jóvenes.


En 1991, se sumó otro aspecto destacable: el notable museo de ciencia y técnica, que funciona en la planta baja y en el que, junto a muchos elementos más, se exhiben teodolitos, un dispositivo que demuestra el teorema de Pitágoras, un ábaco chino, maquetas de locomotoras y barcos, el monumento ecuatoriano a la mitad del mundo, en la latitud 0° 0° 0°, y un aparato que reproduce el efecto de un rayo.


Por Willy G. Bouillon

Del paisaje urbano para LA NACION